Soy gitano, 1992
Soy gitano, 1992 Póster de 29,7 x 21 cm; 2 fotografías de 13 x 18 cm c/u; intervención en la revista El Europeo nº46; Echastri 14; adhesivoSoy gitano es una intervención que Daniel G. Andújar realiza en el espacio público de Valencia como consecuencia de su compromiso con la población gitana durante un periodo de tres años en torno a 1990, que incluyó contribuciones regulares en el periódico gitano. En un cartel de pequeñas dimensiones, aparece el Artículo 14 de la Constitución española superpuesto a la fotografía virada a rojo de un joven gitano. El artículo dice: “Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”. Sin embargo, el texto no está en castellano sino en caló (una variante del romaní, la lengua hablada por los gitanos en toda Europa), convirtiendo así a los gitanos en los verdaderos emisores y receptores del mensaje. Resulta revelador que, dado que el caló sólo lo hablan los gitanos y no está reconocido en España como lengua oficial, su uso generara confusión, llevando a algunos políticos locales a creer que la intervención era propaganda vasca. Además de los carteles, la intervención constaba de pegatinas tipo hazlo-tú-mismo con el texto del Artículo 14 también en caló. Su función era recordar los ideales escritos en la Constitución y con tanta frecuencia olvidados en la vida cotidiana, así como declarar que había que integrar a los gitanos como parte de España. Es más, la intervención retomaba un capítulo particular de la historia española, a saber, los siglos que han pasado desde que los Reyes Católicos expulsaron a los judíos y a los musulmanes, dejando a los gitanos como única minoría del país. Los gitanos llegaron a España en el siglo XV, ejerciendo una importante influencia en la cultura musical, así como sirviendo de mano de obra para la Corona. Sin embargo, fueron objeto de persecuciones constantes y, a mediados del siglo XVIII, la mayoría de los gitanos fueron detenidos y encarcelados. Así pues, Soy gitano apunta a una larga tradición de políticas y sentimientos xenófobos impuesta por el cristianismo y al aspecto anticonstitucional de tal tradición.