Street Access Machine, iSAM™, 1996
Según contaba un representante de TTTP, cuando lanzaron en una conferencia en Hamburgo su campaña publicitaria de la iSAM™, o Internet Street Access Machine, Apple contactó inmediatamente con ellos. Sorprendentemente, en Apple no estaban preocupados por la posible vulneración de los derechos de autor del diseño del producto, sino que expresaron su interés en la tecnología wireless que éste llevaba incorporada. En aquel momento, la compañía californiana estaba promocionando el potencial creativo y democratizador de la tecnología del ordenador personal en nombre del capitalismo punto-com. Cegada por la fantasía de los ordenadores portátiles sin cable, Apple no se dio cuenta de que iSAM™ era un producto ficticio y de que la campaña publicitaria constituía una observación subversiva sobre la propia ideología que Apple estaba promocionando. En contra de lo que sostenía Apple, la iSAM™ demostraba que la tecnología del ordenador personal no conducía necesariamente a una sociedad más igualitaria. El negocio billonario de Apple es un ejemplo de cómo la tecnología del ordenador personal está a todas luces implicada en una nueva forma de capitalismo que, al igual que formas anteriores, produce jerarquías sociales, lo cual incluye figuras como la del mendigo. La pregunta de si la figura del mendigo que acepta pagos hechos con tarjeta de crédito es una figura trágica o esperanzadora queda deliberadamente abierta, pero queda claro que, en la nueva economía, los mendigos siguen siendo mendigos. La iSAM™ formaba parte de una serie de productos (ficticios) registrados y promocionados por TTTP a través de carteles, folletos y un vídeo diseñados siguiendo la estética común de la empresa. Entre los productos se encontraban también la Street Access Machine®, la Recovery Card® y la Personal Folkcomputer®. A través de un exceso de identificación entre los dispositivos y productos del iSAM y los de Apple, se evidenciaba el fetichismo por los aparatos tecnológicos y por el discurso de la tecnoliberación asociados a la cultura Apple emergente de mediados de la década de 1990, y a la mentalidad utópica de la “ideología californiana” que ésta representaba. Con estos productos se demostraba que la lógica empresarial se estaba adueñando del lenguaje de la democratización y de la creatividad como nuevo mecanismo para reforzar su control social y cultural, a la vez que se ponía de manifiesto la posibilidad de reimaginar el dispositivo tecnológico de acuerdo con principios verdaderamente creativos, democráticos y progresistas. Tal y como decía el grupo de rap Public Enemy a finales de la década de 1980, los productos alentaban al público a “no tragarse todo el bombo publicitario” [don’t believe the hype] y a reconsiderar la idea de crear “tecnologías para la gente”.
Curiosamente, la línea de productos también captó la atención de la revista de arte izquierdista alemana Texte zur Kunst, que la interpretó al pie de la letra y la criticaba por presentar “la tecnología como un medio para abolir la injusticia social, depositando una fe ciega en la función progresista de estas tecnologías”. La revista reflejaba el profundo miedo a la tecnología (en tanto que engranaje inherentemente capitalista) que, al menos en aquel momento, prevalecía en la política de izquierdas. Los productos, sin embargo, iban más allá de estas ideas preconcebidas tradicionales o prejuicios automáticos al apuntar a una apropiación de la tecnología por y para la gente.